miércoles, 28 de julio de 2010

El Cazador

El Cazador, de Michael Cimino, ganadora de cinco premios Oscar, podría ser descrita con tres simples adjetivos: es muy larga, es muy lenta y es muy dura.

Es una película sobre tres amigos y su relación antes, durante y después de la Guerra de Vietman, aspectos que son perfectamente tratados a lo largo y ancho de sus casi tres horas.

Sin embargo, no es una película que trate específicamente sobre la mencionada (y también trillada) Guerra de Vietnam.


Lo que la hace diferente a otras películas que hablan de la Guerra es en su temática central, dejando la Guerra como si fuese un personaje más de la película.

Y ya que hablamos de los personajes, hay que resaltar que nos encontramos ante personas reales, como podríamos ser cualquiera de nosotros o incluso de nuestros amigos.

El aspecto que presenta cada uno de ellos es bastante normal y variado, como en cualquier grupo de amigos, habiéndolos más guapos y más feos, o más simpáticos y bordes.

Es una película donde se muestran las debilidades y las fortalezas más íntimas de cada uno de ellos, y por ende, también de nosotros mismos, y del ser humano en general.

A lo largo de todo el film les veremos sudar, llorar, reír, sangrar, sufrir, desesperarse y un largo etcétera, que los hace todavía más humanos a los ojos de quienes los ven en pantalla.

Además, las conversaciones son ágiles y fluidas, al igual que los actos realizados por los protagonistas, que dentro del ámbito de la ficción, no llegan a resultar exageraciones.

Si a todo esto le añadimos que las interpretaciones son bastante buenas, especialmente la de Robert de Niro y Christopher Walken, tenemos una ambientación lograda.

En cuanto al desarrollo de la historia, esta fluye de manera natural, sin artificios tan típicos de Hollywood, quedando claramente dividida en tres actos fácilmente diferenciables.

Todo esto que hemos mencionado ayuda a que te metas en la película y a que te sientas como si formases parte de ese grupo de colegas cuyo futuro presiente no muy bueno.

Y es este uno de los grandes aciertos de esta gran película: no intenta manipular tus sentimientos, no intenta decirte lo que debes pensar o sentir por ellos, sino que te lo deja a ti.

En vez de guiarte de la mano como si no fueras capaz de sentir por ti mismo, se limita a exponer los sentimientos de los demás, para que tu los interpretes y decidas que pensar.

Es, en definitiva, una película que busca contar una historia real, o al menos que se asemeje a la realidad lo máximo posible, en vez de mostrarnos a gente sin ningún defecto.

Sin embargo, tal y como hemos dicho al principio, la película es larga, y en ocasiones, lenta, aspecto que hay que tener muy en cuenta antes de ponerse a realizar su visionado.

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